La práctica de Reiki consiste en la canalización de Energía Universal o espiritual para armonizar el cuerpo, la mente y el espíritu, creando una persona sana y equilibrada. Su uso puede ser específico, para dolencias puntuales, o general para crearnos armonía.
Podemos aplicarnos Reiki a nosotros mismos o a otras personas. Cualquier persona puede practicarlo, no es un "don" especial para privilegiados. El practicante actúa como un canal, canalizando esta energía hacia la persona que la recibe. Esto lo diferencia de cierta forma de las técnicas descritas arriba, visto que las personas que la reciben realmente sienten esa sensación de amor y paz que caracteriza la energía Divina.
No tiene ningún tipo de afinidad religiosa. Es usado por Cristianos, Musulmanes, Budistas y hasta Ateos. No tiene una estructura formal, ni jerarquías ni creencias obligatorias. Es una mezcla entre una técnica práctica y eficaz para sanar y un modo de vivir y ver la vida. De hecho, muchas personas que practican la tecnica sienten que refuerza el lazo con sus creencias particulares, se sienten "más cerca" de su Dios particular.
Es perfectamente compatible con cualquier tratamiento médico y puede actuar como complemento al mismo. Es reconocido como Terapia Alternativa por la Organización Mundial de la Salud (W.H.O.).