Tratamientos- sesiones de reiki
Los tratamientos están divididos en sesiones. Cada sesión dura aproximadamente 45 minutos, pero varía según las necesidades de cada paciente. Los tratamientos se hacen en bloques de 4 sesiones, ya que Reiki suele actuar de forma progresiva y los cambios se aprecian normalmente a partir de la segunda sesión (aunque muchas veces hay una mejoría a partir de la primera sesión). Normalmente es suficiente una sesión por semana, aunque en casos de dolores crónicos se pueden aumentar a dos por semana para el primer tratamiento.
Para dolencias como el estrés, insomio y problemas nerviosos, normalente un tratamiento de 4 sesiones es suficiente para ver mejorías, pero algunas dolencias de origen físico pueden necesitar más.
De todas maneras, es importante matizar que cada persona experimenta diferentes situaciones. Los tiempos son orientativos ya que algunas personas notan mejoría o desaparación de la dolencia en pocas sesiones, mientras otras necesitan más tiempo.
Un tratamiento de Reiki consiste en canalizar energía tanto hacia un lugar específico donde existe un problema como al cuerpo entero de una persona, dependiendo de la dolencia y el tipo de tratamiento.
La mayoría de los tratamientos se hacen con el paciente acostado, y si es necesario, cubierto con una manta. El practicante coloca sus manos suavemente sobre la zona afectada, o en el caso de un tratamiento completo, en todo el cuerpo empezando por la cabeza y terminando en los pies. Cada posición de las manos es mantenida durante unos minutos sobre los chakras o centros energéticos principales. El paciente siempre está vestido, y las posiciones de las manos son siempre sobre zonas que no vulneran la intimidad de la persona.
Durante un tratamiento, sentirás una profunda relajación. Muchas personas se quedan dormidas, cosa que no influye para nada el resultado final. A veces, sentirás un "cosquilleo", calor o frío en diferentes partes del cuerpo según la energía fluye a través de tu cuerpo. Otras personas ven colores, experimentan una sensación de "flotar" o sienten emociones que salen a la superficie.